ENSAYO SOBRE LA NOBLEZA
SE ACABÓ LA RABIA
En este trabajo se discutirá sobre la nobleza, específicamente sobre
cómo las personas a veces somos injustas con las personas que más nos quieren.
Se hablará acerca de esto porque no hay nadie quien esté exento de estos
problemas en las relaciones con las personas.
El cuento en el que se basa este ensayo es “Se acabó la rabia” escrito
en 1920 por Mario Benedetti. Narra la historia de un matrimonio donde el perro
quería sólo al dueño, aunque quien le daba el sustento era la mujer. Un día un
hombre entró a la casa y platicó con la mujer, por lo que el perro reaccionó
con ladridos, aunque pronto entendió que debía callarse. Se fueron haciendo más
frecuentes las visitas del hombre hasta que un día olvidó su cigarrera y la
señora la escondió tras las cortinas. El perro no sabía lo que hacía, así que
empezó a jugar con ella y llevó al señor hasta donde estaba la cigarrera y el
señor empezó a llorar, gritar y gemir de dolor, entonces el perro se le acercó
y lo lamió, a lo que el señor le dio una patada y le reventó el hocico.
El autor es Mario Benedetti y lo que le caracteriza en esta obra es el
compadecerse de los demás, así como también la vejez, la fidelidad y la
confianza.
Lo que me llamó la
atención de esta obra es cómo el perro fue fiel hasta el último momento, que,
aunque sabía lo que hacía la mujer, dejó que pasara y no le causó problemas,
inclusive al final, cuando no lo hace con una mala intención, se compadece del
hombre y se olvida de todo lo que pasó y se acerca a él para consolarlo, y lo
que recibe es una patada.
Esto me hizo reflexionar
sobre la alegoría con las personas, a veces nosotros somos ese hombre que
hiere, que se deja llevar por la furia del momento, que no sabe controlar sus
emociones, y a veces herimos a las personas que más amamos, y no sólo físicamente,
sino incluso las palabras son hirientes y pueden destruir todo un mundo.
Esto ocurre con más con
nuestros padres, que, aunque ellos nos procuren, a veces nosotros no lo
apreciamos y los herimos, y es difícil aceptarlo, pero debemos aprender a controlar
nuestra ira, porque al final de cuentas uno debe aprender a perdonar todas las
ofensas, si no la vida no tendría sentido y no podríamos vivir en armonía con
nosotros mismos. Existen personas nobles de corazón que no importa todo el daño
que la sociedad les haya hecho, esas personas siguen su camino de bien y eso
debe alentarnos para dejar a un lado los rencores y aprendernos a amar, no
importa lo que haya pasado, porque será una manea de liberarnos.
Fido había comprendido
que no debía acercarse, que los ladridos proféticos del primer día no podían
repetirse. Por su propio bien, por la continuidad de los servicios vitales, por
el ansiado paseo a la vereda. No lamía la mano de nadie, pero tampoco
molestaba. Y, sin embargo, ellos habían advertido su presencia. (Benedetti,
párr. 7)
A veces las personas se
dan cuenta que es mejor no involucrarse en la vida de otros, que al fin y al
cabo si uno no hace nada, no nos pasará nada, pero estas afirmaciones son todo
lo contrario. No es que las personas sean entrometidas, es que se preocupan por
el otro y tratan de ayudarle desde sus posibilidades, porque lo que se busca es
un bien común, si el otro está bien, yo estoy bien.
Lo que se pretende es que
las personas se interesen por los problemas sociales que mucha falta hace
ponerles atención, reforzar los valores para que sea un mundo mejor, en el que
podamos encontrar la ayuda necesaria cuando la necesitemos, pero también
nosotros la podamos brindar en el momento adecuando cuando alguien se sienta
solo en este mundo o piense que ya no puede más con sus problemas, de eso se
trata tener un corazón noble, no es necesario esperar algo a cambio, sino
hacerlo por el bien común.
En conclusión, se ha
comprobado que, en efecto, podemos causar mucho daño con nuestras palabras mal
dirigidas para quienes sólo quieren hacer el bien. Se pudo apreciar que la
nobleza se encuentra en cada uno de nosotros, sólo hace falta abrir nuestros
corazones para que podamos ser mejores personas. Sólo queda saber ¿cuánto
estaríamos dispuestos a dar de nosotros para que los otros estén mejor?
Referencias:
Biografías. (S/f). Mario Benedetti.
Consultado 9/05/17 a las 2:23 p.m. Recuperado de: http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/869/Mario%20Benedetti
Benedetti, M. (1920). Los pocillos. Consultado
9/05/17 a las 8:49 p.m. Recuperado de: http://www.literatura.us/benedetti/acabo.html
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